A Moonbreaker le está yendo excepcionalmente bien en las últimas semanas. En su momento, la idea de mezclar a los creadores de Subnautica con las ideas de Brandon Sanderson (Mistborn, Stormlight Archive) en un título más que rejugable sonaba bien, pero la realidad es que por las razones que fuera, no había terminado de despegar. Al menos, no hasta que unas semanas atrás, el creador de contenidos Bricky, que tiene 930 000 suscriptores en Youtube, recomendó el juego a través de un vídeo que atrajo el interés de muchos recién llegados: tanto es así, que Steam Charts registra un 657,23% más de jugadores promedio en el mes de junio.
Yo también lo he comprado hace poco, aunque en mi caso el incentivo no fue ningún análisis, sino un pequeño descuento en las rebajas de verano de Steam. Aún no he podido jugar mucho debido a las realidades de la vida adulta que muchos de vosotros entenderéis, pero lo que llevo me ha gustado tanto que para mí sería un crimen no venir a recomendaros el juego. Y para ello os voy a dejar con dos cosas: un tráiler, y la promesa de que entender la mecánica es más fácil y divertido de lo que pudiera parecer a simple vista. Palabrita de alguien que se lleva mal con los juegos de estrategia en general.
A niveles estrictamente mecánicos o de diseño, Moonbreaker es un multijugador competitivo en el que organizamos un equipo de maleantes espaciales y los desplegamos por turnos en el tablero de juego. Tienes dos posibles formas de ganar: una es acumular 10 puntos de victoria, y otra, derrotar al personaje que hace las veces de capitán para el equipo contrario. En este sentido, me ha gustado mucho comprobar que la partida va dirigida ante todo por principios de lógica y originalidad: tenemos mucha libertad a la hora de organizar tu turno, así que el orden en el que movemos nuestros combatientes, luchamos, usamos habilidades o desplegamos habilidades nuevas es importantísimo; así como el hecho de que la originalidad del jugador tiene un peso brutal en el desarrollo.
Os pongo un par de ejemplos para ilustrar cómo van las partidas.
Una de mis unidades favoritas es Tipu, una criatura barata de invocar, con poco daño y salud que no hace nada especial. Tiene una ventaja pasiva, eso sí, que hace que al golpear consigue 1 punto de daño y 1 PS. Es improbable que dure mucho, pero si se juega bien o el oponente no se percata de lo que tiene encima, tal vez lo que parecía morralla en el primer turno se vuelva un tanque inabarcable en el décimo. De forma similar, otro personaje llamado Tona Mystic Manteo es incapaz de defenderse: no tiene ataque básico, ni habilidades ofensivas; pero si termina el turno cerca del capitán, tiene el potencial de curarle una cantidad obscena de salud. Ni que decir tiene que un buen contrincante querrá usarlo de saco de boxeo, así que entraña su riesgo, también.
De forma similar a lo que ocurre con las partidas de Magic: the Gathering, Moonbreaker nos obliga a pensar en la mesa en ambos sentidos. ¿Qué es beneficioso para mí? ¿Qué es perjudicial para el otro? ¿Cuál es el mejor balance entre ambas cosas? Ahí es cuando intervienen los juegos mentales que tanto gustan a los aficionados del PvP por turnos, hablemos del formato que hablemos. Como iba diciendo arriba, la originalidad es un factor a tener en cuenta. No hay muchas restricciones a la hora de atacar, mover figuras o usar habilidades, pero lo ideal es llevar buena cuenta de los rasgos únicos y características de cada unidad y descubrir las sinergias que existen entre ellas.
Piensa en una unidad con muchos puntos de movimiento y un gancho con el que atraer aliados o enemigos. Ahí podemos alejar un rival de un punto clave e invocar una nueva criatura en el lado opuesto para cerrarle el paso y evitar que se vuelva a mover, por ejemplo; o si está en apuros, podemos atraer otro camarada más fuerte pero con menos movilidad para que le socorra. Por supuesto, a la hora de gestionar seis personajes y múltiples objetivos al mismo tiempo en la pantalla, la cosa se va complicando. Y se vuelve realmente divertida, también.
Moonbreaker está aún en estado de acceso anticipado, por lo que seguirá mejorando y expandiéndose en el futuro a corto plazo. En el momento de escribir estas líneas, tiene una media de aprobación del 86% en Steam, y las reseñas recientes (después de la última actualización) son aún más optimistas, con un 98% de pulgares hacia arriba. En lo personal, se lo recomiendo a cualquiera que esté mínimamente enganchado a MTG o a Warhammer: son mecánicas con las que ya estamos más que familiarizados a estas alturas y engancha que da gusto.
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