Es una de las mejores reimaginaciones que nos ha dado la industria en mucho tiempo.
Dejadme que os hable de Solium Infernum, un juego que se llevó el lunes pasado toda mi atención en una presentación a puerta cerrada como si fuera un lanzamiento hartamente esperado. Y es que ahora lo es. Sí, parece un inicio algo abrupto, demasiado dirían algunos. Incluso parece que no le dé mucha importancia al juego poniéndoos en contexto; pero quiero reducir todo a una sola cuestión, y es que aunque la estrategia sea mi patio de recreo, no he podido sino pensar que la mayor parte de ellos implican un baño de sangre, un "pasar por la espada" a todo enemigo para ganar sin posibilidad de dialogar.
Es algo normal y que disfruto como nadie. Dejadme deciros que diezmar a mis enemigos me hace irme a dormir con una sonrisa. Puede sonar algo tétrico, incluso me hace recordar aquel tema de Mario Gómez de por qué nos gusta matar en videojuegos. Pero con los años, mis ganas de hablar, parlamentar y discutir en una mesa han ido creciendo. Solium Infernum busca que este "Juego de Tronos" en busca de sentar tus demoniacas posaderas en el trono del infierno se cumpla por todas las vías posibles, incluso abogando por la palabra. Pero, ¿te puedes fiar de un demonio?
¿Cómo se juega a Solium Infernum?
Solium Infernum es una reimaginación de un clásico de 2009. La obra de rol y estrategia de Victor J. Davis no despuntó en su momento —a pesar de que para Rock, Paper, Shotgun fue uno de los "mejores juegos de 2009"—, y ahora el equipo de League of Geek se ha propuesto rescatarlo del olvido y, bajo la experiencia en Armello, su anterior juego, expandir un universo satánicamente cautivador. La base es replicar Dune: Spice Wars o Civilization como un mapa del mundo creado de forma procedural en forma helicoidal donde todos los jugadores están igual de cerca e igual de lejos de los puntos clave.
El rol es sumamente importante, por lo que las tediosas tareas de recolección u obtención de recursos se reducen a lo mínimo, a un puñado de almas que obtener mediante extorsiones o de forma automática para ampliar tu ejército. Algo similar ocurre con los eventos satánicos, resquicios que emanan magia y que podremos usar en nuestro beneficio como potenciadores de la facción, ataques o para completar ritos de poder, como el que usó en esta partida Trent Kusters, director del juego, para ganar esta partida.
Un acercamiento muy interesante e igual de prohibitivo en cuanto al terreno, pero con muchas posibilidades estratégicas y de gestión. Uno de los finales a optar para conquistar el infierno —tal cual lo he dicho— es acceder a un pináculo e invocar, con un rito previo, a un Behemot, una bestia del infierno que trae con ella el final de la guerra a nuestro favor. Aquí, el equipo de League of Geeks replica lo mejor de Total War: Warhammer, pudiendo seguir a pies juntillas su narrativa o diezmar al completo a los contrarios mediante cualquier estratagema. Aquí lo importante, y retrotrayéndome a lo antes comentado, es que el equipo de Trent quiere dar alas a la estrategia política más allá de la bélica, y dejadme deciros que durante media hora quedé maravillado.
Media hora, una victoria y todo sin buscar pelea
Si bien el primer vistazo a este juego estuvo exento de "juego", en el sentido más estricto de la palabra, pude ver al director del proyecto ganar una partida bajo una "simple premisa": no iniciar ningún combate. En ese momento, algo hizo clic en mi cabeza. Estaba dudoso acerca de que un acercamiento así, con la clásica disposición por tablero que también popularizó Civilization, pudiera ofrecer un enfoque diferente, pero me equivocaba.
Mientras en otros juegos parlamentar, dialogar o discutir acciones se realiza mediante un menú pop-up que aparece en la pantalla, Solium Infernum relega todo eso a un solo menú basto e influenciado por el rol de mesa tosco, porque al final el rol es lo que tiene. Aquí podremos exigir tributos a nuestros hermanos en el infierno; pedir por apoyo táctico; gestionar nuestras almas como recurso de las tropas; incluso insultarlos. Ésto puede sonar a burla (que lo es), pero como mecánica es infalible. Al hacerlo, en caso de no aceptar el insulto frente al consejo de ancianos, el demonio afrentado debe declarar la guerra de forma obligada.
Así, el director del proyecto consiguió una victoria en apenas 30 minutos. Al insultar y entrar en guerra abierta con un hermano demonio, puso en su contra al resto. Una estrategia inteligente a la que siguió una serie de conversaciones con otros para alejar sus ojos del tótem de invocación, del que se hizo en apenas 10 turnos, conjurando a una versión gigantesca del Demogorgon de Stranger Things. No me digáis que no es una sucesión de eventos espectacular. Pero, ¿es así como acaba siempre? Ni de lejos. Hay varias formas de terminar con el contrario, incluso apostando por una política aperturista y de unión bajo un vasallaje. Conquistar sin atacar es solo una de múltiples opciones.
Amor por un arte demencialmente satánico
Una vez dentro del mundo de juego, el despliegue visual puede no ser llamativo, pero dejad que Solium Infernum os lleve por sus parajes satánicamente bonitos, os vais a enamorar. No es solo que el equipo artístico haya sacado toda la caballería en las espectaculares imágenes que pueblan su primer tráiler (y que corona estas líneas), sino que hablamos de una clarísima inspiración en Warhammer y la obra de Mike Mignola con Hellboy a la cabeza.
El mapa de juego es relega todo a un acercamiento algo más cartoon, de "cartón piedra" podríamos decir, con un infierno poco terrorífico, pero creedme, es todo bienintencionado. El equipo sabe dónde dejar caer sus recursos. La verdadera "chicha", el manjar con el que deleitarte el paladar está en el arte de sus escuetas escenas cinemáticas, cartas y dibujos conceptuales que acompañan movimientos de tropas o declaraciones de guerra. Las cartas, por ejemplo, se usan para reclutar nuevas tropas, y todas ellas están adornadas con unos dibujos semi-animados que recuerdan enormemente de Games Workshop para Warhammer.
Voy a ir más allá, y es que no solo Mignola, grandísimo artista de Hellboy, está ve su arte impreso en un espectacular escenario con un demonio cornudo al fondo, sino que incluso el enfoque de Neil Gaiman para The Sandman brilla con luz propia en este infierno retorcido. Adromalius es un ángel caído andrógino, mientras que Lilith es una arpía, tal cual lo he dicho, sin florituras. Un acercamiento a la depresión satírica y retorcida del mejor Sam Kieth —que ha acompañado a Gaiman en Sandman o Asilo Arkham: Locura— mezclado con un simbolismo oculto que quiero ver cómo el equipo de Trent Kuster expande hasta los confines de estas tierras imperecederas.
Solium Infernum no quiere relegar los juegos de mesa clásicos al olvido. De hecho, el equipo australiano busca satisfacer a los que no tienen tantísimo tiempo para aquellas tardes de juego con amigos. Una apuesta inteligentísima que llegará en algún momento de 2023 con posibilidad de jugar con hasta 4 jugadores, lo que claramente hará personal esta guerra por el infierno.
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