Un poquito de Animal Crossing: New Horizons, una pizca de Minecraft, una cucharada de juegos de construcción de ciudades, un chorrito de RPG y una buena dosis de aventura: así de complejo es definir Grow: Song of the Evertree. Ya hemos podido jugar al nuevo videojuego de Prideful Sloth y 505 Games, un título que arranca terriblemente lento, pero que tiene potencial.
Los juegos de construcción, simulación de vida y gestión tienen un público muy entusiasta. Este tipo de títulos tienen diferentes variantes en la industria, pero cuando uno sale bien, el éxito está casi asegurado. Grow: Song of the Evertree quiere reunir lo mejor de cada casa y aportar alguna que otra novedad en un juego creativo, relajado y perfecto para amantes de la naturaleza.
Es difícil explicar qué es Grow, pero lo cierto es que la mejor forma de hacerlo es por comparación: es un juego que bebe de Animal Crossing y Minecraft, y le aporta el toque de juego de gestión, aunque parece que sin una profundidad muy grande. Tras unas horas con el título, me ha ido gustando cada vez más y he visto que puede ser una pequeña sorpresa para los amantes de los juegos de simulación de vida.
Reconstruir el mundo
Grow: Song of the Evertree es una historia de reconstrucción y de amor por la naturaleza. Alaria está sumida en la desesperación, tras una serie de acontecimientos que llenaron sus tierras del "marchitamiento", un fenómeno que quitó la vida de casi todos sus rincones. Nuestro protagonista, que podemos personalizar a nuestro gusto, es un alquimista, seres legendarios capaces de salvar el mundo.
Para ello, nuestro objetivo es darle fuerza a un gran Árbol que es capaz de dar vida y cuidar a todos aquellos que vivan bajo su protección. Con esta premisa, el desarrollo del juego es algo confuso al principio, y no es precisamente por falta de texto. El inicio del videojuego es terriblemente lento y no terminas de entender por qué estás haciendo ciertas cosas que no son muy divertidas.
El Árbol puede albergar en sus ramas diferentes mundos. Nosotros tenemos la capacidad de hallar "Semillas de mundo" para que una nueva tierra nazca. Cuando esto sucede, nuestro objetivo es ir preparando ese mundo para que la vida empiece a surgir ahí. Con un toque que recuerda a Minecraft, tenemos que ir consiguiendo recursos y mejorando ese lugar. Esto es complicado de entender al principio, pero estos mundos nos sirven, sobre todo, para conseguir recursos.
He de decir que, aunque no es muy entretenido hacer las tareas cada día (el juego tiene hora propia, y ciclo de día y noche) para cuidar el mundo, hay cierta satisfacción en ver cómo va creciendo cuando pasan unas jornadas. Al principio, este espacio de tierra es un páramo marrón sin nada, pero conforme los días pasan y nuestro trabajo va notándose, todo se llena de verde, los árboles crecen, los bichos y criaturas comienzan a aparecer, y todo cobra otra dimensión. Y de eso va el juego: de recuperar la vida.
El sistema de misiones del juego está sacado literalmente de Animal Crossing: New Horizons, el juego de Nintendo Switch. Hay unos objetivos que, al hacerlos, nos premiarán con recompensas. Algunos de ellos son recurrentes y nos irán dando premios cuanto más veces los cumplamos. El problema del juego, al menos en las horas que yo he jugado, es que no da toda la libertad que uno quisiera. Hay ciertas misiones que tenemos que cumplir sí o sí de forma obligatoria para que todo siga su curso y avance: hay una especie de mezcla entre linealidad y libertad.
La dificultad de dirigir una aldea
Los recursos que hemos conseguido en ese mundo que estamos creando (se amplía con el paso del tiempo, e incluso se pueden crear más) nos sirven para conseguir esencias para la alquimia, donde podemos hacer ciertos experimentos mágicos. Además de eso, también nos vale para poder mejorar nuestra aldea, un espacio que conseguimos construir al pie del gran Árbol.
Cuando vi por primera vez esta aldea y su gestión pensé irremediablemente en Ni No Kuni 2: Revenant Kingdom. En el JRPG también controlamos nuestro reino, construimos nuevos edificios y vamos consiguiendo mejoras gracias a ellos. A pesar de que me recordara a él y tenga ciertas similitudes, en Grow es algo distinto y es quizá aquí donde más diversión podemos encontrar.
A esta aldea empiezan a llegar poco a poco humanos que buscan un nuevo hogar y trabajo. Nosotros tenemos que construir casas para ellos y servicios para que estén atendidos. Como gestores, asignamos los personajes a cada uno de los empleos disponibles. Cada uno de los aldeanos tiene unas estadísticas que nos dicen lo que se les da bien, así que si queremos que la panadería funcione a pleno rendimiento y satisfaga al resto de personas, tenemos que asignar a un humano con una buena cifra en el apartado de "Alimentación".
En el tema de la construcción, hay libertad total. Los edificios están predeterminados, pero sí podemos elegir su ubicación, cómo los conectamos con el resto de la aldea, la cantidad que ponemos... Realmente creo que, si os gustan los videojuegos de construcción de ciudades, también hay un hueco aquí para vosotros. Además, el espacio útil de la aldea irá creciendo con el paso de las horas, por lo que puede ser realmente grande.
Con el tiempo que he jugado no he terminado de ver, eso sí, si ir mejorando nuestra aldea nos proporciona interesantes beneficios para nuestro desarrollo, aunque entiendo que así será. Como os digo, el juego es lento en sus inicios y lo que me preocupa es que esa lentitud no se justifique en la valoración global.
Es decir, ¿será un juego que merezca la pena cuando llevemos 30 horas? ¿Estará alargando la experiencia de forma artificial? Solo podremos salir de dudas cuando se lance el 16 de noviembre, pero si mantiene el interés puede ser una grata sorpresa para los que busquen una experiencia tranquila.
Porque más allá de todo esto, el juego tiene otras mecánicas como cazar bichos o pescar que aún pueden alargar más su vida útil. Algo positivo que he sentido jugando es que, una vez pasado el tedio inicial, me ha ido atrapando más y más, algo que no es sencillo. Me preocupa que ese principio tan mal calculado pueda hacer que muchos jugadores lo rechacen de primeras, pero sí os recomendaría que le deis unas horas si os interesa.
El poder de la vida
Grow: Song of the Evertree merece que los jugadores amantes de videojuegos como Animal Crossing, Hokko Life o incluso Los Sims tengan un ojo puesto en él. Hay cierto potencial para que sea una experiencia relajada, pero completa y con muchas horas de diversión. Si te gusta construir ciudades y tienes cierto amor por la naturaleza, no le quites el ojo de encima.