A pesar de que tienen mucho en común, los videojuegos y los juegos de mesa no solapan necesariamente su audiencia, pero en los últimos años estamos viendo pequeños acercamientos, especialmente gracias al buen recibimiento que están teniendo en Steam adaptaciones de juegos de mesa populares. Como atestiguan los jugadores con críticas de Extremadamente positivas, uno de los más recomendables es Dune Imperium. Un juego que hará las delicias tanto de los fans de Dune como los amantes de la estrategia y los juegos de cartas.
Desarrollado por Dire Wolf (quienes también hicieron el juego de tablero original) Dune Imperium es un deckbuilder competitivo con mecánicas de control de área. Elegimos un personaje con una habilidad única con el que empezar la partida y a la vez que vamos mejorando nuestro mazo, vamos asentando nuestra posición en el tablero, ganando recursos, batallas y puntos de victoria.
La premisa ha sido trasladada al videojuego de forma espartana pero eficaz. Similar a como funcionan otros éxitos de Steam como Wingspan o Root, visualmente no intenta ocultar demasiado sus raíces de juego de mesa, con ilustraciones preciosas pero una estética tan abstracta como esperarías encontrar en un tablero. Pero son las mecánicas y los profundos sistemas los que atrapan.
Una traslación tan sencilla como efectiva
El encanto de Dune Imperium y lo que lleva seduciendo los jugadores de tablero desde 2020 es como sus mecánicas se interconectan. Las cartas son la base de nuestra interacción con el tablero. Nos permiten ir a localizaciones específicas pero también obtener recursos, activar habilidades o ganar potencia de combate con las que libramos batallas contra otros jugadores. Cada turno ofrece un amplio abanico de posibilidades y como en el material en el que se basa, los recursos son escasos y los mivimientos tienen que ser calculados.
Hay añadidos que tienen sentido para el videojuego. Además de un concienzudo tutorial y una interfaz que si bien es algo fría, mantiene la esencia del tablero y es intuitiva una vez conoces las bases, el juego cuenta con un modo desafío que es perfecto tanto para ir haciéndose con las mecánicas y conociendo estrategias como para desafiar a los jugadores más expertos. Podemos jugar también partidas contra la IA, que tiene también diferentes dificultades.
El encanto está, eso sí, en el modo multijugador. Aquí es donde, igual que en el tablero, el juego mejor luce gracias a las colisiones entre jugadores y saber adaptarse a las decisiones de los demás. Para los jugadores más ocupados, las partidas admiten también un modo asíncrono similar al de algunos juegos de móvil, en el cual cada jugador juega su turno cuando puede y el juego te avisa cuando te toca.
Para los que quieran exprimir más las posibilidades de la premisa también está disponible la primera expansión del juego, Rise of Ix, que añade nuevas cartas y nuevas mecánicas, y recientemente han añadido un modo Ranked perfecto para desafiar a los jugadores más competitivos. También está siempre la opción de jugar a la versión física de tablero, por supuesto, que actualmente va por una suerte de versión 2.0 llamada Uprising, con alteraciones del juego base a través de cartas, mecánicas y personajes diferentes.
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