Desde hace décadas, Sid Meier nos ha ofrecido decenas de juegos de mucha calidad. Lo que muchos no saben es que, en realidad, es un programador y diseñador de videojuegos. O lo que es lo mismo, la saga Sid Meier's nació de su propio nombre, por lo que no podemos hablar de Sid Meir's Civilization como una franquicia al uso. En realidad, Civilization es una de las numerosas dinastías que surgieron gracias su genio creativo. Véase, por ejemplo, el caso de Sid Meier's Alpha Centauri, el gran olvidado de la estrategia de ciencia ficción.
Seguramente, a muchos os suene bastante más si os hablo de Firaxis Games y 2K, los principales responsables de Sid Meier's Civilization: Beyond Earth, una suerte de secuela espiritual de Alpha Centauri que dejó atrás esta denominación para aprovechar el tirón mediático de su hermana mayor, Civilization. El caso es que esta —que no se aclara entre si gusta mucho o no gusta nada, siendo un juego que amas u odias— no existiría sin Sid Meier's Alpha Centauri. Y es una pena que casi nadie la recuerde, porque en realidad estaba muy bien.
Sid Meier's Alpha Centauri, un RTS olvidado
Sid Meier's Alpha Centauri se lanzó en 1999, aunque yo no lo jugué hasta muchos años después. El caso es que se notaba mucho quiénes eran sus creadores, puesto que las similitudes con Civilization II eran muy evidentes. Lo curioso es que, en realidad, fue el precursor de la fabricación modular de unidades y la ingeniería social que luego veríamos tanto en Civilization III como en otras entregas posteriores. O lo que es lo mismo, no solo cambió diametralmente de ambientación, sino que sirvió como campo de pruebas.
De manera indirecta, pero muy notable, cambió la forma en la que Firaxis Games entendía Civilization, lo cual ya dice mucho de sí. No obstante, y aunque recibió bastantes críticas positivas, no dio mucho más de sí. Y es raro, la verdad, porque en realidad vendió bastante bien. Pese a ello, no le dieron más oportunidades. Siempre me pareció muy extraño, la verdad, pero parece que fue por culpa de la marcha de Brian Reynolds y Timothy Train, dos de sus principales diseñadores.
Estos dejaron el estudio en el año 2000 para formar Big Huge Games, y todo parece indicar que fue su marcha la que provocó que todo el mundo se olvidase de Alpha Centauri hasta 2014, año en el que Firaxis lanzó su ya mencionado sucesor espiritual. Dicho esto, ¿por qué era tan especial? A grandes rasgos, porque era uno de los juegos de estrategia —al menos que yo recuerde— con mejor trama de aquellos años. Se lo curraron de verdad para hacer algo complejo y llevadero. En líneas generales, y resumiendo mucho, nos presentaba una historia en la que la raza humana tenía que huir de la Tierra por diversos motivos.
Tras recorrer el espacio, llegaron a un nuevo mundo al que llamaban, literalmente, Planeta. Casi todos viajan en una nave de las Naciones Unidas que, por desgracia, sufre una avería. De golpe y porrazo, sus pasajeros despiertan, pero el capitán ha muerto, por lo que no hay nadie que los lidere. Las tensiones comienzan y, tras muchas disputas, se dividen en 7 facciones que comienzan a competir por el control del planeta. Poco a poco, las incursiones son cada vez más violentas, provocando tensiones de todo tipo.
Lo interesante es que, a diferencia de la mayoría de juegos de estrategia, las facciones no se organizaban según la raza, el lugar de procedencia o el país, sino por ideologías. A grandes rasgos, podíamos diferenciar (reduciendo mucho sus valores y principios) en capitalistas, comunistas, militaristas, ecologistas, fanáticos religiosos, pacifistas e intelectuales. Cada una tenía sus puntos positivos y negativos, pero eran incapaces de llegar a un acuerdo. A esto debíamos agregarle las bondades que solo la ciencia ficción y las historias futuristas nos pueden ofrecer.
Aquella idea, hoy no tan inédita, era realmente interesante. De hecho, gustó mucho, haciendo que escritores como Michael Ely lanzasen al mercado una trilogía de novelas basadas en él. También se lanzó una novela gráfica e, inclusive, es posible encontrar alguna que otra discusión en la que se plantea la idea de si James Cameron se inspiró parcialmente en estos juegos a la hora de concebir Avatar. Esto nunca ha trascendido, pero es cierto que, si buscas similitudes, hay unas cuantas. El caso es que Sid Meier's Alpha Centauri marcó un antes y un después... aunque ya nadie lo recuerde.
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