Desde el antiguo Egipto, los gatos se han convertido en animales dignos y venerados por todos... al menos hasta la llegada de Internet. Incontables son los vídeos, GIFs y fotos de felinos comportándose como los auténticos gremlins que son, faltos de esa solemnidad y misticismo que se les suele adjudicar. Ahora, por fin tenemos un videojuego que demuestra el rol como agentes del caos de estos adorables diablillos, y no podía estar más enamorado de ello. Little Kitty, Big City es toda una oda a la locura gatuna que no deberías dejar pasar.
Poniéndonos en los zapatos (¿o patitas?) de un adorable gato negro, el juego de Double Dagger Studio nos invita a convertirnos en un peludo terror con patas mientras intentamos volver a casa. Si bien es verdad que puede parecer que la premisa es un "Encuentra un camino a tu hogar", en este juego lo suyo es ignorar la línea recta a casa, explorar esta pintoresca ciudad y hacer todo tipo de travesuras y monerías.
Little Kitty, Big City: caos y monería a partes iguales
Las inspiraciones aquí están claras, y no hacen más que prometernos un buen rato: siendo casi un Untitled Goose Game con gatos y más interacción con los entornos, Little Kitty, Big City es una oportunidad de oro para ser gamberros y monos a la vez. Su mundo abierto está lleno de distracciones para su pequeño protagonista, y tu labor va a ser sacarle todo el jugo posible a tu aventura improvisada.
Lejos de ser un juego con talante narrativo como ya lo fue Stray, la otra comparación clara de este para nada melodramático juego, aquí el enfoque está en cómo quieres jugar. ¿Prefieres hablar con animales, hacer amigos y seguir misiones? Adelante, tienes un montón de posibles colegas a tu disposición. ¿Prefieres convertirte en un pequeño Satanás para incordiar a los humanos? Por supuesto que tienes la habilidad de hacerlo.
El juego también tiene un apartado cosmético que te permite conseguir gorritos megamonos para tu gato. Ya sea a través de exploración o misiones, aquí hay más que tan solo ser un diablillo sin causa. Los desafíos de plataformeo que el juego presenta no son demasiado complicados, pero sí que te llevan a explorar los recovecos más rebuscados del mapa y te piden que uses correctamente tus habilidades de gato.
En general, estoy enamorado de Little Kitty, Big City. Lejos de ser un juego narrativo, se basa en la verdadera sensación de ser un felino. Tira todas esas macetas, rasca las cosas de los humanos y enfada a todos los perros que veas por ahí. La demo del juego está disponible en Steam, ¡corre a ver cuán caótico puedes ser!
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