Meter RGB dentro de un micrófono es puro sacrilegio, pero este pequeñajo es mucho más que eso. Así es el Seiren V3 Chroma de Razer

Llevo unas semanas usando el micrófono Seiren V3 Chroma, un nuevo periférico de Razer con el que los de verde apuntan a un hueco intermedio del mercado: es más dedicado que los que se acoplan a los cascos, pero menos profesional que los de estudio. ¿Sus armas? Integración absoluta con la tecnología RGB característica de la compañía, y funciones para facilitarte la tarea de controlar el volumen o la claridad. Básicamente, un enfoque curioso para streamers pero que tiene un pase para el resto.

El motivo por el que encuentro interesante el despliegue de Seiren V3 Chroma es simple: va siendo hora de aceptar que, si tienes un presupuesto medianamente holgado, es mejor comprar cascos de estudio y tener un micrófono de mesa incluso si lo tuyo es jugar en lugar de retransmitir. Porque de la misma manera en la que te preocupa tener un monitor de alta resolución y frecuencia de refresco, el audio de tu escritorio también se merece una serie de cuidados para disfrutar de las cosas.

Especificaciones del Razer Seiren V3 Chroma

• Micrófono supercardioide
• Condensador
• Frecuencia de muestreo 96 kHz
• Sensibilidad -34 dB
• Filtro high-pass
• Ajuste automático de ganancia
• Controles multiuso de hardware
• Cable USB-C a USB-A (incluido) + puerto para jack de audio 3,5 mm
• Software acompañante Razer Synapse
• 149,99 euros

Hablando desde la perspectiva de alguien que no es demasiado amigo de la intrusión del RGB en el mundillo gaming, personalmente creo que Seiren V3 Chroma es mejor cuando se camufla en un entorno colorido y vibrante; cuando buscas sacarle partido a funciones como la respuesta a estímulos durante los juegos o a las reacciones de una sesión en directo de Twitch o cuando eres de los que hablan en diferentes registros (sea por ASMR o porque grites mientras juegas). Si con eso te identificas a ti mismo o a tus alrededores, definitivamente es un gran candidato a tu micrófono de mesa ideal.

Es un dispositivo diseñado en torno a la inmersión. Un chasis elegante y minimalista con la posibilidad de acomodarse a múltiples perfiles: no me cuesta imaginar un Dungeon Master de D&D dirigiendo una partida en Discord con la luz del micrófono ajustada con el efecto "fuego" imitando una llama titilante, por ejemplo; aunque con la misma sinceridad te diré que ese es un público increíblemente reducido. Si eres como yo, alguien que se conforma con un micro para hablar con amigos o hacer reuniones de trabajo, entonces el Seiren V3 Chroma se me hace solo conveniente.

Para este perfil de usuario más con los pies en la tierra, diría que todas esas opciones de personalización se derrumban rápidamente a medida que ganan protagonismo los controles que ofrece el programa Razer Synapse. Me ha gustado comprobar que el micro tiene un pequeño panel táctil en la parte superior cuyo funcionamiento del todo configurable: puedes alternar efectos de iluminación o activar y desactivar funciones clave (ganancia automática de control, filtro high-pass, etc.) De forma similar, la rueda frontal puede usarse para ajustar el volumen del micro o de los cascos que conectes.

Creo que es buena idea tener un micrófono de sobremesa si entra en tu presupuesto, aunque no sea necesariamente el Razer Seiren V3 Chroma. Viniendo de un Blue Yeti, el salto se me ha hecho práctico: es pequeño y ergonómico, compatible con soportes de terceros, su iluminación se puede apagar; y al final del día, cumple con su tarea de registrar el sonido con claridad. Tiene una frecuencia de actualización bastante respetable para toda clase de situaciones —44,1 kHz debería ser suficiente, pero llega hasta 96 kHz— y el control de ganancia automático me parece útil para mantener un volumen constante, unificado. En el mercado existen opciones parecidas por precios competitivos, pero este en concreto te da las herramientas clave en un formato cómodo de usar.

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