Dicen que los sueños se cumplen, o al menos que los sueños son la ilusión de lo que algún día nos gustaría que ocurriese. Esa ilusión es en realidad la que mantiene los sueños con vida y lo que nos puede ayudar a situarnos en un mundo de fantasía. De esta manera, el estudio español Devilish Games junto con Badland Publishing han presentado Onirike, una original aventura de puzles y plataformas en 3D en un mundo onírico. Tras las buenas críticas que recibieron con su primer trabajo, Path to Mnemosyne, no se han rendido hasta lograr que este título tan imaginativo nos haga soñar despiertos.
Una historia contada como un cuento
¿Qué ocurre con los sueños que nunca se hacen realidad? Con esta premisa Onirike nos presenta a Prieto, un extraño ser muy parecido a un payaso, que ha despertado en un lugar sin recuerdos al amanecer. Desconoce su propia naturaleza y no se sabe qué camino tomar, además de sentirse perdido y desorientado a raíz de apreciar que los seres del orbe no son como él. Entre los muros de un circo no hay mucho que hacer, pero gracias al poder de la gypshophilas, Prieto se embarcará en una aventura dentro de un intricado mundo del que tendrá que descubrir cómo entrar al pozo de las realidades.
Sin embargo, la historia no está relatada por sus propios protagonistas, sino que será narrada por una voz en off, trayendo una historia en forma de cuento. Un cuento en el que viviremos cómo Prieto se hace cada vez más fuerte moralmente y consigue cada objetivo que se marca frente a cada desafío a superar. Es en sí una narración llamativa, sobre todo por su contenido.
Las líneas de diálogo en Onirike están cargadas de frases hechas, dichos y refranes, de los cuales pretenden enseñar el camino de la madurez a nuestro protagonista. Un único dilema que te puede entorpecer la continuidad de la narración son las especificaciones al final de cada frase. Aunque sea una manera de empatizar con los personajes, ya que carecen de expresiones, no logran ser relevantes.
Mundo no lineal que no te anima a moverte
Cuando saltas al mundo de Prieto, de por sí se nota que es un mundo abierto y que no hay ningún tipo de señalización. Es muy común pensar que falta un mapa, pero los desarrolladores estuvieron acertados en introducir uno cuando finalizas la introducción al juego. El hecho de haber creado un mundo abierto con una narración no lineal, permite realizar la misión que más nos apetezca e ir a donde queramos, pero esto se convierte en un arma de doble filo.
Por un lado, es divertido no tener que seguir unas señales fijas que nos obliguen a continuar la historia de una manera lineal, pero, por otro lado, este mundo no es tan atractivo ni tampoco anima a moverte como para recrearlo de manera abierta. En otras palabras, al igual que hay portales para guardar, hubiesen sido útiles como teletransporte.
Aunque la movilidad de Prieto comienza a ser más llevadera conforme vamos plantando más plantas de gypshophila, su mapeado tiene muchos altibajos y no es nada plano. Tiene lugares en los que te obliga pasar por un laberinto o unas plataformas invisibles para llegar a tu objetivo, cosa que así será cada vez que pasemos.
No obstante, la forma que tiene de plantear los puzles y convertirlos en acertijos, es bastante útil para llamar nuestra atención. Hay puzles que se convertirán en un pequeño reto para completarlos y otros que necesitarás pensar bien hasta dar con la solución. Los rompecabezas de Onirike son un punto muy a favor que se complementa con cada mecánica.
Si quieres sobrevivir, recolecta gypshophila
Al iniciar la aventura no tendremos todas las habilidades desbloqueadas, algo que causa curiosidad por saber que más nos puede ofrecer este pequeño ser. Sin embargo, Onirike presenta una jugabilidad bastante interesante y original con las flores y los pétalos de gypshophila. Nuestro mundo es un sueño y como tal cada recuerdo se desvanece una vez que llega el amanecer, pero podemos ponerle remedio. Con las piedras del recuerdo, el amanecer no será un peligro y nos ayudará a que pase el tiempo más rápido.
Desde este portal, nos trasladará al campo de gypshophila repleto de esporas que son imprescindibles en nuestro camino. Estas esporas se convierten en flores de gypshophila, unas flores que alientan la ilusión y nos mantienen visibles. En el caso de quedarnos sin ellas, nos desvaneceremos y pasaremos a ser completamente invisibles.
La invisibilidad también tiene su tiempo determinado. Esta nos ayudará a pasar desapercibidos por los devoradores de almas, pero tendremos que salir de este estado lo antes posible. Para ello, podremos plantar de manera estratégica plantas de gypshophila por todo el orbe y brotará una maravillosa flor que nos ayudará a pasar de nuevo a nuestro estado visible. Asimismo, el campo de esporas no será la única manera de conseguirlas, por todo el orbe también existirán pétalos, cien de estos dará una flor. Recuerda que estas flores son limitadas, es decir, piensa bien y dosifica la plantación de cada una de ellas.
Gráficos peculiares y llamativos
A simple vista, el mundo de Onirike es muy peculiar y extraño, con un estilo a lo Tim Burton. Cómo os explicaba al principio, es presentado como un mundo abierto que no llama a ser explorado por lo tedioso que puede ser, pero está repleto de detalles. Cada zona del mapa está muy bien elaborada, además de hacer una gran diferenciación entre estas. Al ser un mundo onírico y complemente imaginativo, las texturas de los personajes parecerán entrecortadas como si se fuesen a difuminar y cada zona parecerá un mundo surrealista.
Es cierto que hay algunas áreas que no entran por los ojos, ya que es extraño ver la mezcla de un mundo protagonizado por unas sencillas y mágicas plantas, mientras estamos encima de una plataforma en forma de loncha de bacon o una salchicha. La banda sonora de Onirike también es peculiar y mágica, ajustándose perfectamente a la historia y al mundo que quiere representar.
Los sueños sí consiguen hacerse realidad
Como conclusión, Onirike muestra un proyecto en el que sí, los sueños se hacen realidad. Tras varios años en progreso y con multitud de ganas por dar visibilidad a esta idea, Devilish Games trae una historia en la que te gustará adentrarte. Su mundo abierto es presentado como un arma de doble filo, ya que ayuda a tener una narración no lineal y tener mayor libertad, pero puede ser tedioso para moverte de un lado a otro.
Sin embargo, su jugabilidad es atractiva, original y lo convierte en un juego desafiante en más de una ocasión. Pendiente de las piedras del recuerdo, de los pétalos y las flores de gypshophila, tendremos que salvar a Prieto de la invisibilidad y de que ningún recuerdo se desvanezca en sus seis horas de duración.