Hay videojuegos que te sorprenden y no esperas que lo hagan. Hay videojuegos que no necesitan mecánicas enrevesadas ni grandes gráficos para sacarte una sonrisa. Hay videojuegos que merecen la pena por la experiencia que te hacen vivir. Todo esto lo cumple Labyrinth City: Pierre the Maze Detective y os cuento lo que me ha parecido en este análisis.
No os voy a mentir. No tenía muchas expectativas cuando comencé a jugar por primera vez a Labyrinth City: Pierre the Maze Detective, el nuevo videojuego del estudio indie Darjeeling. El título se basa en las aventuras de Pierre, el detective experto en laberintos, una serie de libros creados por el japonés Hiro Kamigaki. El videojuego, basado en la obra que tiene su mismo nombre, nos introduce en un mundo ilustrado que entra por los ojos y que en España nos recuerda irremediablemente a los libros de Wally, en los que teníamos que encontrar al simpático personaje.
Esos ejemplares ya eran un juego en sí mismo: teníamos que encontrar a Wally en unas ilustraciones cargadas de detalles. Labyrinth City: Pierre the Maze Detective parte de la misma premisa: nuestro objetivo es avanzar por sus ilustraciones dibujadas a mano y encontrar a varios personajes en cada nivel. ¿El objetivo? Atrapar al Sr. X, que ha robado la Piedra del Laberinto y está causando el caos. En la mayoría de ocasiones que conseguimos llegar a su localización, el villano consigue escapar y tenemos que pasar a otro nivel más para poder seguir con su búsqueda.
No te pierdas en el laberinto
Aunque, como decía, el juego nos recuerda a la búsqueda de Wally, el título no funciona como jugábamos con esos míticos libros. Labyrinth City es una especie de walking simulator, en el que tenemos que ir avanzando en un recorrido laberíntico para encontrar a los personajes que mencionaba antes, que nos van indicando el camino para poder alcanzar al malvado Sr. X. El juego, que tiene 10 fases diferentes, basa su jugabilidad en la exploración, pero en todo momento nos va indicando por dónde ir por si nos perdemos.
El título no pretende ser un reto ni suponer una gran dificultad y, de hecho, es bastante apto para todo tipo de públicos. Los "laberintos" que nos propone tienen algunos caminos en los que podremos perdernos (y conseguir coleccionables, que en cada mapa hay unos cuantos), pero el juego hace lo posible por encauzar nuestro camino. Sí tengo que decir que los dos últimos niveles me han parecido algo más enrevesados y me he quedado con las ganas de ver hasta dónde puede llegar este concepto. Aún así, acabé mi primera partida con todos y cada uno de los coleccionables, y la mayoría de logros obtenidos.
Pero no ha sido nada molesto conseguir esos coleccionables. Al contrario, he disfrutado encontrándolos porque este videojuego está cargado de magia y de guiños a muchísimas obras culturales, como películas, libros y otros videojuegos. Os recomiendo que exploréis cada nivel de cabo a rabo e interaccionéis con todo lo que podáis, porque os hará disfrutar y sonreír con algunas de las sorpresas que encontraréis. Son tan chulas en muchas ocasiones que me resisto a mencionarlas porque es muy bonito descubrirlas, pero por lo menos os contaré dos: encontramos un guiño a la saga Metal Gear de Hideo Kojima y otro a Assassin's Creed. Si los encontráis, decídmelo, os propongo ese reto.
Una aventura algo descafeinada
La historia de Labyrinth City: Pierre the Maze Detective es prácticamente inexistente, porque todo se reduce a capturar al Sr. X, como comentaba antes. De hecho, es incluso más interesante prestar atención a algunos de los relatos de una serie de personajes recurrentes que nos encontramos en todos los niveles. Sea como sea, toda la aventura está realmente cargada de humor, de paradojas y de detalles muy divertidos, pero en su conjunto es descafeinada, aunque tampoco considero que busque otra cosa.
Eso sí, la sensación de que el juego daba para un poco más aumenta cuando acabas la partida, porque cuando repasas los diferentes retos o laberintos, te das cuenta de que con algo más de ambición y dificultad, podríamos estar ante un grandísimo juego de exploración y puzles, pero ni siquiera puedo incluirlo en esa última categoría. Hay unas pequeñísimas pruebas en algunos niveles, pero son tan nimias y sencillas que saben a muy poco.
Es evidente que el juego no pretende ser revolucionario en ningún caso, pero tiene algunos detalles tan bien hechos y cuidados que me ha dejado con la miel en los labios. Sus escenarios están llenos de vida y tienen tal cantidad de detalles que es imposible no asombrarse en más de una ocasión. Además, la variedad en los mapas es enorme y da gusto perderse en ellos.
Todo esto no evita que crea que está bien resuelto. El juego entretiene durante todo su desarrollo, pero sí opino que no es un título para todos los jugadores. Muchos encontrarán un juego plano que no les dice nada, pero la realidad es que Labyrinth City: Pierre the Maze Detective hay que entenderlo más allá de lo que supone a nivel jugable.
Simple, pero cautivador
Labyrinth City: Pierre the Maze Detective es un juego muy simple en su jugabilidad y en su propuesta como decía, pero no por ello es peor. Basa su acción únicamente en la exploración, en el ingenio para superar los laberintos y en la interacción con el entorno. Pero me ha dado igual, porque me lo he pasado en grande con él.
El juego me ha durado unas 5 horas (pueden ser menos si no buscáis los coleccionables como yo he hecho), pero las he disfrutado mucho, no se me ha hecho pesado y he querido más. Tiene algo que te atrapa, que te cautiva, y puede que mucha culpa la tenga su gran apartado artístico y gráfico, que además se redondea entre capítulo y capítulo con unas cinemáticas estilo cómic muy conseguidas. Sus simpáticos personajes y su banda sonora han redondeado una experiencia muy recomendable si os gustan los juegos relajados. Por cierto, el juego está completamente traducido al español e incluso las cinemáticas están muy bien dobladas al inglés.
No os va a sorprender a nivel jugable y es un juego que superáis en una tarde, pero tengo que deciros, porque así lo siento, que es una de esas pequeñas joyas independientes muy disfrutables si encuentra el público correcto. Dadle una oportunidad si os gusta el cine, la literatura y el mundo de los videojuegos, porque os gustará.