Desde hace tiempo, el debate sobre qué tipo de refrigeración ponerle a tu procesador es tema de debate. Los hay que abogan exclusivamente por la líquida, diciendo que sus menores temperaturas y niveles de ruido son el santo grial, mientras que otros tienen acuafobia informática y solo se decantan por los disipadores de aire “de toda la vida”. Pero, ¿y si la verdad no es tan blanca y negra? Hoy vamos a hablar sobre los pros y contras de ambos, y qué es lo que debes tener en cuenta antes de comprar nada.
Si hay algo en lo que podemos estar de acuerdo es que, por norma general, la refrigeración líquida es más cara, y eso, normalmente, nos hace pensar en un mayor rendimiento. “¿Por qué pagaríamos más por menos?“ es una justificación muy fácil de hacer sobre este asunto, sentenciando que, por esto, podemos saber que su rendimiento es mayor o, directamente, superior en todos los aspectos. Esto es una falsa equivalencia, y es que el asunto es mucho más complejo que esto.
Tipos de refrigeración para PC
Lo primero que tenemos que hace es pensar en los tres tipos de refrigeración que debes ponderar. Pese a que haya hablado de líquida o aire al inicio del artículo, dentro de la primera hay dos categorías: custom y AIO, y sus diferencias no solo pueden afectar al rendimiento, sino que hacen del proceso de refrigerar tu PC algo muchísimo más complicado dependiendo de la opción que escojas.
Por norma general, un novato pensará en AIO cuando se plantee una líquida, y con razón. Estos son kits completos ya construidos que incluyen un bloque, bomba, tubería, radiador y ventiladores. Por supuesto, el beneficio que puedes encontrarte aquí es que no tienes que hacer nada para constuir tu refrigeración, solo tienes que instalarla y a correr. La parte mala es que cualquier fallo más allá de sus ventiladores muy seguramente signifique que tengas que reemplazar todo el kit, además de darte muchísimas menos opciones de personalización.
Un custom loop es un tipo de refrigeración líquida que se hace a medida. Necesitarás tu propia bomba, depósito, bloque y tubería, y esto te va a dar un gran nivel de control sobre tu propia refrigeración. Por otro lado, si tienes algún fallo en cualquiera de estos componentes, puedes encontrarte con problemas graves. Varios puntos de error, modularidad y una customización más grande son las características de este método.
Por último, la refrigeración por aire es la que me gusta llamar “la de toda la vida”. Un disipador con su(s) torre(s) y su(s) ventilador(es) sirven para refrigerar tu PC en términos mucho más simples. Aquí te vas a encontrar algo menos arriesgado, solo por el hecho de la falta de líquido y con puntos de fallo mucho menos letales. Aun así, tiene sus pros y sus contras.
Con todo esto en mente, ¿cuál es el mejor método? Pues bien, no hay una respuesta fácil, y es que todo depende, y vas a ser tú el que sopeses eso mientras despejamos algunos mitos por el camino.
¿Refrigeración líquida o por aire? La gran pregunta
Pues bien, se suele decir que la refrigeración líquida es más efectiva que la de aire, y eso tiene un grado bastante grande de credibilidad. A nivel de rendimiento medio, una refrigeración líquida es más potente que un disipador por aire. A nivel de precio medio, una refrigeración líquida, es, también bastante más cara, algo a considerar, porque las diferencias pueden volverse abismales.
Sí, a día de hoy hay AIOs pequeños (de 1 o 2 ventiladores) que han recortado su precio bastante, pero en un mercado donde tienes el Arctic Freezer 34 eSports Duo, Be Quiet! Shadow Rock 3 y el Thermalright Peerless Assassin 120 en la franja de los 55 euros, a no ser que estés muy necesitado de espacio, estos AIOs baratos no son una opción que recomendaría.
Otra de las claves también es es: necesitar. ¿Puedes enfriar un procesador con 65W de TDP usando refrigeración líquida? Por supuesto, ¿merece la pena? Ahí es donde me veo obligado a decir que no. Piensa en tu CPU, su consumo y las temperaturas que aguanta. Pruébalo en situaciones realistas: de nada sirve hacer una benchmark usando Cinebench para ver su temperatura si luego lo que vas a hacer es jugar a videojuegos, por ejemplo. Todo tiene un lugar y una razón de ser.
Incluso en caso de que necesites algo de gran potencia, tienes opciones de aire que son más que respetables. Personalmente, soy muy fan del NH-D15 de Noctua, un disipador de aire de gama alta que mezcla un tremendo rendimiento con niveles de sonido bastante bajos. Y es que sí, los AIOs y las refrigeraciones custom son, generalmente, más silenciosas, pero eso no significa que Noctua y beQuiet!, entre otras marcas, no tengan ofertas con decibelios muy bajos. Aun con esto último en mente, si tu prioridad es 100% el silencio, lo más seguro es que un AIO se encaje a tus preferencias.
Noctua NH-D15, Disipador de CPU de 140 mm y Doble Torre y Máxima Calidad (Marrón)
Por último, también hay que pensar en lo dispuesto que estás a lidiar con los posibles fallos que pueda tener tu elección de refrigeración. Por norma general, en un disipador de aire, lo que más posible es que falle es el ventilador que uses, mientras que en una refrigeración líquida puede haber problemas de bombas, filtraciones e incluso sedimentación que reduzca su rendimiento. Por otro lado, con un chip de consumo alto, como un Intel i9-13900KS, puede que una refrigeración por aire tiene más potencial de quédarsete corta, además del ruido que puede generar por tener que empujar sus ventiladores al límite.
En mi caso personal, yo siempre opto por disipadores de aire. Aun así, esto no significa que sean mejores, sino que se ajustan más a mis necesidades. Nadie sabe mejor que tú las circunstancias de tu equipo, pero espero que ahora tengas los aspectos clave de esta decisión claros para poder decantarte de manera informada por la refrigeración ideal de tu ordenador.
Fuente de la imagen: NZXT
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