The Red Strings Club es sinónimo de calidad. Y no lo digo (solamente) yo, sino la comunidad. En Steam acumula un 94% de críticas positivas tras más de 9.000 reseñas. Algo muy meritorio, sin duda, que habla muy bien de este trabajo de carácter ciberpunk que se presenta como una "experiencia narrativa sobre el destino y la felicidad".
Desarrollado por el estudio español Deconstructeam, y editado por Devolver Digital, una de las publishers más irreverentes —en el buen sentido— de la industria, se publicó allá en 2018. Desde entonces, no ha dejado indiferente a nadie. Es por esto mismo que hoy quiero hablaros un poquito más sobre él.
Así es The Red Strings Club, la obra magna de Deconstructeam
De buenas a primeras, The Red Strings Club se define como una aventura gráfica en la que interpretaremos el papel de un barman "cualesquiera" en una ciudad indeterminada. Como tal, nuestro oficio es servir copas… y escuchar a la gente. Y es que, aunque en su definición no pone nada al respecto, todos sabemos que para ser un buen barman hay que ser todo oídos.
En gran medida, la obra de Deconstructeam se basa en esta premisa, pues una de sus principales dinámicas será la de prestar atención a los problemas de nuestros parroquianos. Y aunque pueda parecer que la idea es simple, os recuerdo que este género lleva años dándonos algunas de las alegrías más grandes de la historia.
Aparte, además de coleccionar historias de todo el mundo, tendremos que cumplir con ciertas tareas y completar determinados minijuegos para avanzar en una historia simplemente fascinante. De hecho, si el juego tiene tantas buenas valoraciones es precisamente por su trama y su narrativa.
Una aventura gráfica de gran calidad
Ejemplo de uno de los minijuegos.
De esta forma, podemos decir que el punto fuerte de The Red Strings Club es la forma en la que cuenta las cosas. He ahí, precisamente, la gracia del asunto. Lo que podían ser diálogos intrascendentes se acaban convirtiendo en una telaraña de curiosidades que nos mantendrá atrapados durante horas.
Interesante, diferente (a su manera) y peculiar, la obra magna del estudio español ha demostrado en sobradas ocasiones que sabe hacer muy bien las cosas. Véase, por ejemplo, el apartado artístico. Si me gusta tanto The Red Strings Club no es solo porque su argumento me parezca atractivo.
Es bonito. Muy bonito. Bajo el amparo de las luces de neón y la magia que irradia el arquetipo ciberpunk, Deconstructeam es capaz de crear un entorno único pese a limitar nuestras acciones a un único emplazamiento cerrado. Se maneja en un mundo muy limitado, pero extremadamente funcional… Y divertido, sobre todo divertido.
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