Steam es muchas cosas: un lugar de encuentro y reunión de jugadores; una plataforma que ha sobrevivido a viento y marea con los años y es la más usada en PC; un sitio perfecto para comprar juegos gracias a los descuentos; pero también el mejor ejemplo de masificación de proyectos desconocidos. Si miráis vuestra biblioteca de Steam, quizá veáis títulos prominentes e importantes, pero lo que esconden sus límites es, incluso, perturbador.
Hoy he dado con uno de esos "juegos", si es que se puede llamar así. Entre la maraña de proyectos furries o sexualmente explícitos, ha aparecido ante mí Heal Hitler. Sí, "curar a Hitler" es la traducción más directa y literal del asunto; y sí, hace cierto juego de palabras que referencia cierto cántico que no replicaremos aquí.
No es el primero ni el último juego curiosamente protagonizado por el dictador, pero si buscáis en Internet "Hitler video game", es el primer resultado que aparece. No sé por qué querríais buscar eso, y tampoco sé por qué Steam ha decidido colocármelo en mis recomendaciones, pero Heal Hitler existe y cuesta apenas 4 euros.
La comunidad avala cada euro invertido, a decir verdad. La idea de ser el terapista del austriaco en un juego basado en texto estático donde debes ayudar al dictador mucho antes de que éste pase a la historia, se ha ganado el cariño del público. Solamente encontramos 151 reseñas, pero goza de un 71% de calificación positiva, y lejos de las obscenidades y absurdeces en este tipo de reseñas, parece que no está mal; aunque la situación cambia al probarlo.
El dictador que tenía "daddy issues" ha visto modificada su cara en Steam, aunque el bigote ya es delatador
Sí, me he sacrificado para ello, y aunque me ha sorprendido que pese apenas 300 Mb y cuente con doblaje, de su propio creador e imitando desastrosamente un acento alemán, la risa se acaba pronto. Obviamente sé a lo que me enfrento: un juego pequeñísimo hecho por una sola persona en lo más recóndito de Steam. Nada bueno puede salir, y si bien los temas psicológicos y del psicoanálisis están sorprendentemente bien llevados, aquí hay algo que huele, ¿raro?
Lejos de que Hitler tenga problemas freudianos con su madre, algo que choca de pleno y lejos de lo risible de algunas reseñas en Steam, es completamente cierto; hay cierto punto en su corta duración que parece ensalzar al no tan buen alemán (que ni siquiera lo era, nació austriaco). Antes de estudiar periodismo, estudié historia, y comenzar con un mensaje de "el dictador también era humano", hace saltar las alarmas.
Quizá el autor lo colocó en su juego a modo de ambientación, pues en 1925 aún estaba lejos de ser el genocida del siglo pasado y solo era un político con ínfulas de superioridad. Heal Hitler es algo paródico, y mi primera idea a la hora de escribir este texto era deciros "¡eh! hay un juego en Steam de Hitler y nadie quiere jugarlo —porque apenas ha reunido apenas 10 personas en su historia en la plataforma—", pero humanizar figuras controvertidas es una línea que me niego a pasar.
Acabarlo no me ha hecho soltar espumarajos por la boca; tampoco es lo peor que he "disfrutado" en Steam. Hay detalles buenos propios del trabajo de Freud como la inventiva del pequeño dictador o las pesadillas de su niñez que llevaron al padre del psicoanálisis a querer encerrarlo. Pero no veo sino un clamoroso intento de acercar una figura retorcida a un público posiblemente influenciable. Casi prefiero la versión del dictador en Wolfenstein: The New Colossus.