Me gustan muchísimo los juegos de puzles. Resolver adivinanzas, entender el código y convertirme en una especie de Sherlock Holmes virtual es una de las cosas más adictivas que me pueden pasar en un videojuego. Aun así, las propuestas frescas dentro del género suelen tardar en llegar, y a menudo nos quedamos con juegos derivativos que no terminan de sorprender, sino que solo sacian. No es el caso de Viewfinder, el título que me ha volado la cabeza con su premisa y ejecución.
La primera vez que vi este título fue durante los Game Awards de 2022. Entre tanta superproducción, ver un juego más pequeño ya llamó mi atención de por sí, pero es que su premisa única fue lo que terminó de hacer que lo añadiese a mi lista de deseados a la velocidad de la luz. Ahora que he podido probarlo, tengo claro que va a ser una experiencia sin igual.
Pero, ¿qué es lo que tiene de especial este pequeño juego experimental? Su estilo y su premisa son las bases del encanto que tiene, y es que jugar con la realidad, al menos para mí, siempre ha sido una de esas cosas que he querido hacer en un videojuego. Los espacios 3D que nos dejan ser creativos con ellos, como los de Superliminal, tienen posibilidades geniales dentro de ellos, y Viewfinder sabe aprovechar este potencial.
Sin tener una fecha de lanzamiento fijada aún, no es que haya podido pasarme ya el intenioso indie de Sad Owl Studios, sino que pude disfrutar de una demo que mostraba los conceptos básicos del título. Usando fotos de espacios y distintos ángulos, puedes trasladar las habitaciones al mundo que tienes delante de ti y crear nuevos pasajes o conseguir los objetos necesarios para progresar. Jugar con la perspectiva va a ser clave en esta especie de versión menos arcade y más narrativa del clásico de PSP Echochrome.
La superposición de estilos artísticos es un efecto que me encanta.
Pero eso es tan solo la punta del iceberg, con la que ya estaba yo más que contento. El nivel que he grabado y adjuntado al artículo fue el que me dejó claro que este título va camino a convertirse en toda una genialidad. Encadenando varias veces la misma mecánica, me encantó ver cómo las localizaciones iban variando y cada cual tenía sus normas, por escuetas que fueran. Esta variedad es la que de verdad me ha atrapado y ha creado el pensamiento de "¿Y con qué más me va a sorprender el título?".
Por si todo lo que he dicho fuera poco, el apartado que jugué te presenta los primeros coletazos del juego. Más adelante, vas a tener más elementos a tu disposición que solo las fotos que encuentres por el camino. Una polaroid que sirve para crear copias de tu entorno a través de la fotografía, una fotocopiadora que te ayudará a ampliar tu repertorio de pasarelas y más elementos se convertirán en amo y señor de un mundo cuyas normas están hechas para que te explayes de maneras inteligentes.
Igual soy solo yo nerdeando sobre un videojuego de puzles que tiene muy buena pinta y que entra bien por los ojos, pero me encanta saber que entre todos los Redfalls, Kill the Justice Leagues y Babylon's Falls hay sitio para proyectos más pequeños cuya ambición pasa por lo personal, diferente y original, y no por la escala de todo. Personalmente, Viewfinder se va a mi lista de juegos obligatorios de 2023.
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