Si hay algo de lo que pecan muchos ''cozy games'', es en el hecho de que su jugabilidad no suele ir mucho más allá de plantearnos una actividad, realizarla, conseguir beneficios para progresar y repetir. Con esto no quiero decir que muchos de ellos no sean buenos juegos pero cuando se busca algo diferente puede ser un poco frustrante ver que, casi siempre, todo son variaciones del mismo tema y que es sólo la ambientación lo que marca la diferencia; algo achacable también -y siendo justos- al resto de géneros de los videojuegos.
Pero muy de vez en cuando puede surgir algo que nos sorprenda porque subvierte nuestras expectativas en su ''núcleo duro'' o base jugable para luego darnos una ''bofetada'' de originalidad. Eso es exactamente lo que hace Wanderstop, el último trabajo de reciente publicación de Ivy Road.
Progresas relajándote y con introspección
La historia de Wanderstop no puede ser más atípica, tanto dentro como fuera del género cozy. Encarnamos a Alta, una luchadora caída en desgracia que busca a su maestra para someterse a un régimen de entrenamiento con el que recuperar su ''mojo'' en la pelea. Pero resulta que mientras la buscaba, se pierde en un bosque y va a parara a una tetería que regenta Boro, un imponente pero amable y bonachón ser que consigue convencer a Alta de que haga un alto para descansar un tiempo antes de seguir su viaje.
Alta descubrirá durante el tiempo que pase en este acogedor lugar que no todo en la vida tiene que ser esfuerzo y llevarlo todo con una planificación meticulosa, todo ello mientras conoce a los clientes de la tienda con los que puede mantener conversaciones al tiempo que participa en la simple pero adictiva actividad de prepararles un té haciendo uso de los terrenos de la tetería.
Y son precisamente esos momentos de introspección con ellos y en el ritualístico procedimiento que gira en torno a la preparación y disfrute de esta bebida lo que hace no sólo que progresemos por el juego. También nos enseña que no todo en la vida tiene que ser meticulosamente planificado o con un gran objetivo al final; o como dijo un sabio en una ocasión: a veces la diversión está en el viaje, no en la meta de este.
A grandes rasgos, es uno de los elementos -y otros muchos pero demasiados para enumerarlos aquí- que convencieron a mi jefe, José A. Mateo Albuerne, en su análisis, para recomendar el juego. Con crítica incluida en el juego acerca de ese pecado que cometen muchos cozy: un ''grindeo'' que parece inacabable con tal de alcanzar un ending.
Dialogos que te enseñan sobre ti
Por supuesto, para que este juego funcione, necesita de transmitir de forma agradable y original las sensaciones que siente Alta al relacionarse con los clientes y su nueva vida; una que al principio choca con sus principios pero que poco a poco va abrazando. Y no penséis que es un proceso simple, tiene su enjundia, pero como todo lo que rodea al elemento central del juego -el té- está hecho para que se disfrute tanto en su preparación como en su consumo (algo que culturas como la británica o la japonesa ya tienen bien aprendido).
Y jugablemente es estimulante. El seleccionar las hojas o semillas apropiadas, cultivarlas, prepararlas, y elaborar el té con ellas gracias a un curioso ingenio que hay en la tienda proporciona un ''loop'' de juego adictivo a la par que relajante, porque no tenemos que cumplir una cuota; simplemente estamos conociendo a gente. Y en función de la calidad del té, obtendremos unos diálogos u otros. Diálogos que son el elemento que hace avanzar la ''trama'' de Alta, que le enseñan sobre ella y que la ayudan a avanzar como personaje.
Es un juego además de muy reciente lanzamiento, pero que está destacando por su originalidad -descrita muy brevemente aquí y que tenéis que probar-, especialmente ahora que se puede conseguir levemente rebajado en Steam debido a su estreno en la plataforma de Valve.
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